Solo en un pequeño avión, el piloto miró inquieto las densas y oscuras nubes a las que se acercaba rápidamente. ¿Debería girar y regresar? Su combustible empezaba a disminuir y la pista a la que se dirigía estaba más cerca que la que había dejado atrás como para retornar a ella. Decidió que sería mejor continuar.
En unos pocos minutos quedó envuelto en una densa oscuridad la cual parecía no tener dimensiones –nada arriba, nada abajo, nada a la izquierda, nada a la derecha- solamente una constante oscuridad. Luego de un tiempo empezó a sentir que su avión estaba ascendiendo. Dio un vistazo a sus instrumentos de navegación los cuales le aseguraron que estaba volando derecho hacia adelante, en el mismo nivel en que venía, pero la impresión de estar ascendiendo persistía y se volvió aún más fuerte. ¿Habrían dejado de funcionar sus instrumentos? ¿Podía seguir confiando en ellos? ¿Debía suponer que estaban defectuosos? Se estremeció.
Finalmente su presentimiento lo convenció. Decidió que algo se debía haber roto en sus instrumentos y que era mejor no confiar en ellos. Así que empezó a volar según su intuición de piloto.
Así, sucedió que un granjero que estaba haciendo sus tareas en el granero, oyó un avión volando peligrosamente bajo y, en unos pocos instantes, oyó la ensordecedora explosión que le indicó que el avión se había estrellado. ¿Qué fue lo que causó la tragedia? El piloto tenía un “absoluto”: sus instrumentos de navegación. Al menos, él decidió confiar en sus propios instintos y conclusiones, antes que en sus instrumentos de navegación.
El mensaje está implícito en todos lados hoy- “No existen los absolutos”- “Piensa lo que quieras, di lo que quieras, haz lo que quieras”. Son nuestros propios valores personales lo que realmente importa, osadamente, lo que queremos. A menudo, sólo las leyes de la sociedad, que ofrecen cierto grado de protección y estabilidad, impiden a algunas personas hacer lo que les parece correcto o deseable desde su propio punto de vista, como sucedió una vez en tiempos bíblicos (Jueces 17:6; 21-25). https://www.bibleinfo.com/es/questions/%C2%BFqu%C3%A9-dice-la-biblia-sobre-%E2%80%9Cabsolutos%E2%80%9D
Sin absolutos
Cuando Dios creó al hombre en Génesis 5:1-2
La sociedad de hoy día vive sin absolutos, de manera que todo el mundo hace lo que quiere y lo que a su parecer está bien o es bueno. Y de esta manera vivió el pueblo de Israel por un tiempo. Jueces 17:6; 21-25
Y cómo en ese tiempo lo que más se corrompe es la sexualidad